13.11.11

Maya en las praderas Uruguayas







































1 comentario:

Anónimo dijo...

Desde Berlín.
Memorial pampeano.

Uruguay es donde comienza la pampa argentina hasta la tierra del Fuego.
Lugar donde, hasta José Miguel Carrera anduvo a caballo matando lo que se pusiera en su camino, como muchos otros patricios patriotas. Así se fundaron las patrias y nosotros nuestra memoria.
Por ahí, Jorge Luis Borges, anduvo soñando que de una vez degollaron a 400 enemigos de la patria en disputa, pero a dos los pusieron en competencia a ver quien ganaba adelantándose al otro en un esfuerzo bien de gaucho sotreta: a una orden los degollaron a los dos. Ganó un mulato que alcanzó a levantar los brazos.
Tierra brava de historias, de dolor, muertes terroríficas. Uruguay que contiene en sus raíces y significa "ur y gua": valle donde nació Abraham, la Ur de Sumeria y en un wadi, valle, de tradición lingüística semita.
Mayita a pisado tierra triste cuyo único alimento fue y es aun sólo para las vacas, y sobre ellas el aire que es gratis.
Los cielitos, esas canciones patrióticas, de inocente memoria, compuestas muchos años después de los acontecimientos, ya no tienen sangre, aunque agraden, o las de aquellos changuitos o guirises que van por pan por todos los caminos refundando miserias.
Esos yerbales siguen pregonando los nombres de los 10 familias dueñas de todo el mundo uruguayo, que ahora están escondidas dentro de algunos luminosos prostíbulos de Europa.
Todo esto, sé que le ha entrado en la memoria como, ese memorial de las fotos precedentes de una barbarie moderna, y que manejará con fortaleza, cuando su memoria recorra su pasado lleno de fotos, viajes y rostros familiares.
Tal vez no tenga necesidad de preguntar nada a nadie, pues ahí, digo aquí en estas páginas, estará todo su inicial recorrido por nuestra América.

Si se atrevió a los cinco meses a venir a Europa, ¿no? ¿cómo no será capaz de llegar al corazón de su Opi, –atravesando continentes viendo, pensando y sintiendo los mismos paisajes–, cuando la ve tan grande y bella?

Gracias por la memoria uruguaya, algunas canciones cantadas con entusiasmo en muchas jornadas de mi juventud creadora, del aire que respiramos por esas pampas de inicio y por las vacas, ¿cuántas han sido? que nos hemos, definitivamente, en pantagruélicos asados, comidos en nuestra voraz existencia.
Por todo ello digo: ¡Salud a los Inmortales!

Saludos, Mayita, de los berlineses, en un otoño benéfico, lleno de sol, cielos radiantes como lo fueron los de mi feliz juventud por esos países rioplatenses.

El Opi.