8.11.10

A la playa con la Maya y Papá

Salir con Maya sin Mamá fue una aventura inolvidable. Un clic bien bonito entre padre e hija.

La aventura comenzó el viernes 31 de octubre de noche, partimos con Fabian y Eduardo quienes iban a realizar un taller sobre agricultura orgánica y semilla campesina en una comunidad cercana.

Nuestra maleta no era la más grande… pero si el resto de nuestro equipaje, llevamos por su puesto la bicicleta que es una delicia en Puerto Viejo. De noche mucha lluvia subiendo la cordillera para cruzar hacia Limón. Fue un poco despacio la subida pero pronto llegamos a un cielo estrellado, al calorcito y lo más gustoso los olores del Caribe, esa mezcla de frutas, con flores dulces y bay rum. Claro de vez en cuando el olor a veneno de las bananeras.

Algunos eventos en el camino como el Papá “pipi” pero como a las 10 de la noche llegamos a una linda casa frente de la playa en Punta Uva. Nos levantaron los monos y pájaros quienes comían en un gigantesco árbol de jobo desde los primeros rayos de sol. Papá ya es de día ... no Maya es que Fabián dejo encendida las luces… no Papá vea por este huequito se ve el sol…

Frutas pan y café, lo de siempre y la hamaca que se convirtió en nuestra extensión por dos días de playa. El sol fue constante y la lluvia no quiso llegar. Casi primeros llegamos a la playa y sin mucho trámite al mar Caribe, siempre tan cálido y en Punta Uva muy tranquilo. Con sus flotadores (alitas) gozamos hasta convertir las extremidades en una suerte de pasas.. Vea Papá tengo pasas en los dedos…
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Después cuando el sol llegaba a su máximo cocimiento fuimos a la casa para alistarnos para visitar a Selvin nuestro restaurante más preciado… ya saben esa parte de la historia. miam miam como dice Maya.

Después de rellenar el cuerpo con el “Rice and beans” caminando a la casita a buscar la hamaca. En la tarde se fueron Eduardo y Fabian. Nosotros a más playa pero esta vez en bici… hacia Manzanillo con sol color dorado. Cuando íbamos saliendo Maya reconoció Ita - Ita pues nos percatamos que estábamos justamente al lado. Aseguro haber estado con todos y todas por ahí. Los fue nombrando -aunque se le paso la mano nombrando gente - estaba claro que tenía un recuerdo del lugar y de todos los que la quieren. Fuimos a ver monos y Maya aprovecho para dormir de vuelta… después paramos en la primera pulpería a comer su heladito… para terminar el día dormidos los dos a las 6 y media de la tarde.

El domingo gran desayuno gran. Temprano armamos campamento frente a la playa, caminanos, leímos libros, armamos castillos para bebe, Maya bailo y a la hora del almuerzo adivinen donde fuimos … la mesera de Selvin nos ofreció un postre yo le dije que si nos llevaba a la casa en brazos hasta la hamaca que nos trajera dos!!!

Si terminamos comiendo helado pero más tarde… después de los cuento en la hamaca y de ir nuevamente a la playa así se nos fue el último rayo de sol del domingo metidos en el mar y con ganas de estar más días y tenerlos a todos y todas también en ese deseo. Antes del amanecer iniciamos el regreso al frio y la lluvia capitalina... Maya no estaba nada convencida de volver ... Igual preguntaba por su Mamá… pero más quería que viviera ella que ir a buscarla.

Así fue nuestro viaje juntos, el primero oficialmente sin Mamá, regresamos si renovados y sin ganas de cuidad.. Pero amándonos más…





























3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bravo muchacho!

Mauro, es muy temprano así que dejaré para más tarde meditar sobre tu artículo, que en la primera parte partió emocionante, como página literaria es brillante.
Me diloqué, ayer, el hombro y debo salir al médico ortopeda.
Me reservo el resto, sin dolor, para el mediodía.
La foto de Mayita en la hamaca una belleza, su alegría trasciende, una niña con su papá es enternecedor. Conozco esas sonrisas, sé qué las motivan, supe cultivarlas en tres ocasiones y ahora forman parte del alimento de la memoria que ayuda a sobrevivir.
Muchas gracias Mauricio.
Seguiré comentando esta hermosa página que nos regalas.
Un abrazo y a las motivadoras Mayita y Javiera,lo mismo a tus amigos.
Los berlineses.

Anónimo dijo...

"Vea, papá, por este huequito se ve el sol".

También la verdad se ve por pequeños espacios, la belleza con lo pequeño que son los ojos y más el minúsculo iris.
Hermosa síntesis de observación, firme ejemplo de aprender a vivir en este bello mundo.
Se aprende señores!
Se aprende más de los niños que de los viejos!

Bravo por Mayita y el narrador.

Felices porque berlineses compartieron este paseo junto a Uds.

Ahora vamos a recoger hojas secas que el otoño se adueñó de la vida.

Saludos a todos.

Anónimo dijo...

que buen relato.
pero no me sorprende, porque cuando Mauricio se conecta con sus emociones y las escribe, es muy buen escritor y transmisor de sus emociones,
te involucra absolutamente.
me acuerdo de sus escritos en el embarazo de Mayita, eran poesias.
tiene su corazoncito, no hay nada que hacer.
pero ademas me impresiona, que Mayita se entregue totalmente y aun en la noche, sin estar su mama.
ella que esta en edad todavia de depender mucho de la mama, y que ademas ella es Maya-Mama o Mama-Maya, haya demostrado un grado de madurez estupenda.
felicitaciones a sus padres y en especial a mi chiquiturri, que cada dia sorprende por su belleza fisica e interior.
Mauricio al leer tu relato, seguia los olores, la ruta, la belleza del paisaje, los colores y tremendos sabores.
decidi que ya era tiempo de ir a disfrutarlo.
un abrazo asiiiiiii de cariñoso a mi Javierita, a mi Mayita , a mi Mauricio y por favor sigan disfrutando de este momento con tan buenas auras.
las fotos lindisimas y muchos saludos a Fabian, que siempre tan guapeton.
chau
abuela-chile.